Bebidas y la Fertilidad Femenina

En los últimos años, la tasa bruta de natalidad ha disminuido. Varios factores influyen en estos resultados, desde cuestiones sociales, demográficas, profesionales y también individuales, como los problemas de salud.

En la mujer, la edad fértil es una ventana a tener en cuenta cuando el objetivo es la procreación. Aun así, hay otros factores, como el estilo de vida y la alimentación, que pueden influir intrínsecamente en la fertilidad femenina y masculina y garantizar el éxito/fracaso de un embarazo.

La infertilidad se considera la incapacidad biológica para concebir un hijo. Se detecta cuando la pareja ha mantenido relaciones sexuales sin protección durante más de 12 meses y el objetivo sería el embarazo y este no se produce. O cuando sí se produce la concepción, es la incapacidad para llevar a término el embarazo. Puede tener una etiología femenina o masculina, combinada o desconocida. Pueden influir en ella determinados factores del estilo de vida, como el tabaquismo, el consumo de bebidas alcohólicas, la inactividad física, la alimentación y la obesidad (materna o paterna).

Existen diferentes bebidas en el mercado para el consumo de la población en general, pero ¿hay alguna precaución que deban tomar las mujeres en edad fértil y las que tengan intención de quedarse embarazadas?

Bebidas Alcohólicas

El alcohol es una de las sustancias teratogénicas más estudiadas en todo el mundo, ya que está socialmente aceptado y ha estado presente en diferentes culturas durante cientos de años. Aunque se han demostrado algunos beneficios para la salud con su consumo, también existen diversas interacciones con la biodisponibilidad y el metabolismo de los nutrientes que pueden repercutir en el correcto funcionamiento del organismo.

En mujeres que intentan quedarse embarazadas, se debe restringir el consumo de bebidas alcohólicas y algunos casos demuestran que el consumo de esta sustancia ha aumentado el riesgo de infertilidad, sobre todo en mujeres mayores de 30 años. Todavía no hay relación entre el mecanismo que puede estar causando estos cambios, pero una de las posibilidades es la variación de los niveles hormonales, con un aumento de los estrógenos y una consiguiente reducción de los niveles de FSH, lo que impide la foliculogénesis y la ovulación.

Además de este cambio, el consumo durante el embarazo debería incluso limitarse, ya que no existe ningún umbral de seguridad demostrado entre la cantidad consumida por la madre y los efectos nocivos para el bebé.

Bebidas Azucaradas

En el caso de las bebidas azucaradas, el consumo se realiza sobre todo a través de refrescos, que pueden o no contener cafeína. Los estudios han demostrado una relación entre el aumento de la ingesta de refrescos azucarados en momentos previos a la concepción y la reducción de la probabilidad de fecundación.

El consumo de este tipo de bebidas también se asocia en ocasiones a un aumento de la ingesta calórica total, lo que también se relaciona con cambios en la fertilidad femenina, con la presentación de irregularidades menstruales y disfunción ovulatoria, reduciendo la tasa de embarazo.

Bebidas con Cafeína

La cafeína ha demostrado ser beneficiosa para ciertos parámetros de la salud del Sistema Nervioso Central. Sin embargo, se han presentado relaciones perjudiciales entre un elevado consumo diario de cafeína y la fecundidad. Aunque, con necesidad de más estudios y mecanismos alterados, existe un aparente cambio en los niveles de estrógenos femeninos, lo que provoca modificaciones en el ciclo sexual y menstrual.

El momento previo a la concepción es tanto o más importante que el propio momento del embarazo, por lo que se debe procurar que este sea exitoso y esté garantizado durante todo el tiempo de desarrollo. Por este motivo, las parejas que buscan quedarse embarazadas deben restringir y limitar algunos de los productos mencionados, concretamente las bebidas, aunque es necesario estudiar en profundidad los mecanismos alterados para contribuir al éxito de su objetivo.

Nutricionista, Jacinta Mendes
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